Mi suicidio
30 de marzo de 2015.
A quién corresponda:
Por la presente dejo constancia de mi suicidio en defensa propia. No he podido llegar a un acuerdo con mis fantasmas y en consecuencia, sin lograr regularizar una sola deuda de mis esperanzas hipotecadas, me veo en la obligación de meterme un tiro entre los ojos, con arma indocumentada de alto calibre, comprada a un precio módico en un barrio periférico.
Me muero al fin y al cabo, y lo publico en las redes sociales puesto que el festejo debiera ser ejecutado inmediatamente porque aparte de las esperanzas también me han hipotecado la vivienda y mi muerte no hará más que acelerar el trámite de expropiación. La dirección es Almafuerte (cruda ironía) 228. La puerta estará abierta, tal habrá sido mi precaución antes de encajarme el justo balazo. Hay masitas en la alacena y el equipo de mate está preparado, el festejante sólo tendrá que calentar agua. De más está decir que quisiera ofrecer un menú más a la altura, corresponder a su asistencia con un agasajo más suculento, pero mis posibilidades son estas, y no obstante su humildad, están envueltas en el mayor respeto que mis enemigos se merecen.
Así mismo pido puntualidad, por favor. Sería prudente la asistencia inmediata luego de haber leído la publicación de esta declaración jurada en mi muro. La concreción del suicidio no se aplazará por lluvia (me suicido dentro de casa, en el living, que es la única habitación que no me llueve). Además la voracidad de mis demonios remite a que el espectáculo no durará mucho y seré devorado a la brevedad, antes incluso de haberme enfriado.
Los asistentes son libres de llevarse cuanto objeto material encuentren disponible en lo que otrora considerase mi hogar. Respecto a estas criaturas desagradables que engullirán mi cadáver aconsejo no tocarlas, sólo admirarlas comer a una distancia prudencial, quizá dada la situación generen cierta empatía, pero suelen ser muy traicioneras y se pegan con asombrosa versatilidad a la nuca de cualquier persona, y la ciencia ha descubierto recientemente su nefasta influencia sobre el hipotálamo. Lo que me lleva a la conclusión de que los avances científicos también me odian, porque si se hubieran apurado un poquito yo no estaría descargando a este hipotálamo mío una bala veinte milímetros.
Deseo de todo corazón que sean felices con el espectáculo, no podría hacer esto sin la firme convicción de que al menos estoy haciendo feliz a alguien. Sepan que no los odio. Sepan que en realidad los amo. Sepan que ustedes son sólo enemigos porque un día fueron amigos, aunque no tardaron en conocerme y cruzaron de vereda.
No les pido perdón porque eso es de irresponsables. El perdón es la vagueza del que prefiere decir y no hacer. Yo, en cambio, les ofrezco mi vida o mi muerte que es lo mismo. A este punto he llegado, a no diferenciar una de otra. Me entra la duda, no sé al fin y al cabo si me estaré matando o estaré cambiando de estado.
Lo único que espero es no reencarnar, al menos no en una mariposa, eso sería muy gay, y aparte si no aprendí nada en mis treinta y un años de vida, ¿cómo voy a aprender en veinticuatro horas? Tampoco quiero ser perro, esos animales se lamen el culo sin razón aparente.
Pero en fin, me muero, me estoy muriendo, y no quiero llegar tarde. Un afectuoso abrazo a todos. Las que tuvieron el tropiezo de tener relaciones conmigo no se preocupen, desde la penicilina la sífilis ha dejado de ser una enfermedad mortal.
Espero con esta modesta acción haber contribuido a hacer más bello este mundo que dejo.
Se despide atentamente E. E. M. Pos data: No son necesarios los “Me Gusta”, no sean morbosos.
